A los cuarenta y siete años, don Armando, comienza la vida de nuevo. Usted, el primer legislador federal de oposición electo en Naucalpan, lo sabe bien por su bisemanal “ECOS”. Felicidades.
Sí, que no se les olvide a los iluminados que pretenden alcanzar un cargo de elección popular, el junio 7 próximo, en el Estado de México. Concretamente en Naucalpan. Tlalnepantla Atizapán, Huixquilucan
Sí, que no se les olvide, como al que ganó en dos mil doce, cumplir a quien se debe. Ni siquiera terminó, para buscar de nuevo “fuero” en una diputación federal, de la que brincó a edil, de la que fue la “Joya de la Corona”.
Sí, que no se les olvide que el ofrecer no empobrece. Sino el cumplir es lo que aniquila. Como sucede a los jóvenes en Los Pinos, hoy.
Sí, que no se les olvide la honestidad a los diez partidos políticos que compiten también por 500 diputaciones federales, nueve gubernaturas, mil nueve presidencias municipales y 641 diputaciones locales. Ni la decencia. La moral y la ética.
Sí, que no se les olvide si ganan y si no también, lo que no se ha cumplido en los últimos tres sexenios y en lo que va del presente y dejó muy claro el 6 de marzo de l994 Luis Donaldo Colosio, (que le costó la vida) al afirmar:
“Hoy, ante los mexicanos, expreso mi compromiso de reformar el poder para democratizarlo y acabar con cualquier vestigio de autoritarismo.
“Sabemos que el origen de muchos de nuestros males se encuentran en la excesiva concentración del poder que da lugar a decisiones equivocadas, al monopolio de las iniciativas, a los abusos y a los excesos
“Reformar el poder significa un presidencialismo sujeto –estrictamente—a los limites constitucionales de su origen republicano y democrático”
Nosotros tampoco olvidamos lo que, en aquella fecha agregó el que reemplazaría en la presidencia a Carlos Salinas de Gortari, quien, ante el sacrificio de Colosio en Tijuana, BC, entregó el mando a Ernesto Zedillo Ponce de León. Ambos, vivos aún, de infausta memoria.
Nos impactó también a todos. Y sentimos que es momento de repetirlo a hombres y mujeres, que buscan, eso creemos, servir a México y a los ciento veinte millones que poblamos nuestra República, entre ellos las cuatro alcaldías mencionadas:
“Veo un México con hambre y sed de justicia…un México agraviado…Veo hombres y mujeres afligidos por abusos de las autoridades… veo la arrogancia de las oficinas de gobierno… veo a ciudadanos por la falta de seguridad”.
Este discurso costó la vida a Luis Donaldo. Y hoy, quienes fueron responsables, lo loan. Y se burlan todavía de quienes creímos en ellos.
Pidamos a los candidatos, del partido que sean, ya no ofrecer, ya no proponer, ya no lloriquear, porque nadie les va a creer. Estamos hartos de tanta mentira. Tantísima corrupción. Del exceso de fraudes. De no cumplir absolutamente nada.
Simplemente queremos limpieza, honradez, seguridad, luz, tranquilidad. Calles y avenidas sin agujeros. Agua las 24 horas en pueblos, colonias populares y fraccionamientos. Que a todos se nos trate por igual. Escuelas con atención. Jardines y camellones arreglados.
Pero sobre todo puntualizar a quien sea electo, no se olvide del pasado, nuestras penurias y reivindique con trabajo y la aplicación íntegra, vertical, transparente y honesta, de nuestros impuestos, a los que se olvidaron de sus ofrecimientos y se han ido, ricos, muy ricos o pobres, muy pobres, a reírse de quienes, de una forma u otra, los elegimos y nos fallaron.
Sí, les repetimos a todos, azules, verdes, tricolores, amarillos, morenos, etcétera, etcétera, etcétera, hasta llegar a diez más los independientes: Sí, no se olviden de su obligación con quienes los mantenemos.
Así de sencillo y breve lo expuso al que mataron en Tijuana, en l994, por pedirlo.
carlosraveloygalindo@gmail.com
Lo que no se dice
28 de abril de 2015
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
“Muchas cosas no se saben”, confió Andrés Manuel López Obrador a Jacobo Zabludovsky, que lo entrevistó para El Universal. Porque “esta mafia del poder domina, porque tienen el poder casi absoluto de los medios de comunicación”, agregaría.
Es obvio y lo sabemos. Los medios informativos, casi todos, publican lo que les permiten. Lo que no se dice. A veces, un poquito más, sobre todo cuando hay sangre. Distraer, es su función.
De cuando en cuando algunos editores, como esta vez, se salen de la costumbre de obedecer y nos dicen lo que “otros” quieren callar. Pero ello, en este tiempo, es contra la norma.
Aplican con mayor frecuencia, para no decir utilizan, la verdad de sus columnistas. Que bajo la libertad de expresión y responsabilidad de cada quien, se tenga el derecho a revelar las “excentricidades” de las gentes del gobierno. De la iniciativa privada y lo cotidiano entre los propios “comunicadores”.
Nadie se extraña, por lo solaz, que los mismos escribientes, intercambien puntos de vista según su interés o de terceros. Unos dicen sí. Otro todo lo contrario. Pero sirve para atenuar la paranoia en que se vive.
La información en otras páginas sigue sin calor o frio. Y, como distracción, se utiliza lo que en el país, desde hace quince años, ¿o antes?, es cosa de todos los días: sangre, llanto, robo, asaltos. Corrupción. Pero sobre todo hambre.
Y como obligatoria, la imagen de nuestro joven mandatario que ofrece más y más, sin cumplirlo. Y se jacta de que todo “va bien e irá mejor”.
No hemos contado las columnas en los medios, que son muchos, éstos y aquellas. Pero tenemos para el gusto general. Unos dicen, y dicen bien. Otros todo lo contrario. Pero, ya sea en su provecho personal o para ayudar a amigos o atacar a enemigos, se lucen de primera.
En las páginas editoriales se usa la pluralidad. Lo mismo a ministros de la Corte Suprema, que explican sus fallos. Que a “intelectuales”. O políticos, técnicos de todo, que ofrecen remedios para salvar a la República. Pero que apenas saben leer y escribir con faltas de ortografía.
Claro que quienes tenemos tiempo para leer dos o más medios, disfrutamos con los comentarios de quienes suponen y creen que van a salvar el mundo.
Pero eso sí, cómo nos divertimos. Los, y nos aplaudimos.
Como en esta ocasión a dos: Andrés Manuel y Jacobo, en este orden.
carlosraveloygalindo@gmail.com
Sarcasmos dos
24 de abril de 2015
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Claro que entran en la ironía las “reformas” anticorrupción.
Dígame si no: El “fuero” sigue vigente por lo que libra de responsabilidades penales a los gobernadores, a los presidentes municipales, a los legisladores, a los líderes sindicales.
Al Presidente de la República, que se le incluye también, los
exíme de ser juzgados por ejercicio abusivo de funciones, conflicto de interés, tráfico de influencias o cohecho.
Ufanos, los constituyentes permanentes, proclamaron que en la transformación de México ya no cabe la corrupción, la impunidad, la opacidad y el tráfico de influencias. Tienen toda la razón, ya la rebasaron.
Siga la sátira
Todas las mujeres tienen algo hermoso, aunque sea una prima lejana.
“¿Bailamos?” “Sí, claro, ¿pero quién saca a mi amiga?” “Por eso no te preocupes: ¡seguridaaaad!
Un hombre jamás debe hablar mal de una mujer; esa es labor de sus amigas.
A mí, las mujeres que se destacan sólo por su físico no me dicen nada; es más, ni me dirigen la palabra.
¿Tú que sabes de caricias? Si nunca te has subido al Metro
Cuando ya no quieras volver a ver a una persona, préstale dinero.
La mejor forma de despertarse es con un beso, a menos que estés en la cárcel.
La única oportunidad que tiene la mujer de cambiar al hombre, es cuando le cambia los pañales.
En el juego de la vida, hormona mata neurona.
Se dice que una mujer madura cuando empieza a usar sujetador. Y que un hombre cuando empieza a quitarlos.
La inmigración ilegal comenzó en 1492.
Anoche mi marido me propuso atarme a la cama para tener sexo; efectivamente me ató a la cama y volvió a las seis de la mañana.
Ella: “¿Qué harías si el mundo se acabara en diez minutos?” “Te haría el amor.” “¿Y los siguientes nueve minutos?”
He vuelto a ver el video de mi boda. Pero en marcha atrás. Lo mejor es cuando le quito el anillo, salgo de la iglesia y me voy de farra con los amigos.
“Qué somos” “Gordos” “Qué queremos” “Empezar la dieta y correr” “Cuándo empezaremos” “El lunes”. “Hoy es lunes...”“¡¡El otro lunes!!”
La pasé de lujo este fin de semana. Ahora solo me falta parchar mi dignidad, cambiarme de nombre y mudarme de país.
“Mamá, ¿de dónde venimos?” “De Adán y Eva, hijo.” “Pero mi papá me dijo que del mono.” “Bueno, así es en su familia.”
No, ella no es fea; digamos que Dios la dejó en obra gruesa, sin detalles.
“¿Tú volverías a casarte con tu marido?” “Sí, que se amuele.”
Las calorías son unos bichitos que se meten en tu closet por la noche y te encogen la ropa. Mi closet está infestado.
Mi abuelo se casó hace poco con una chica de 21 que creemos es muy católica porque no para de hablar del nuevo testamento.
Esperemos la próxima legislatura. También es sarcasmo.
craveloygalindo@gmail.com
Lo que nos faltaba
19 de abril de 2015
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
A 180 kilómetros por hora manejó el auto en Chihuahua. Fue una nueva acción del joven mandatario. Y lo curioso del caso es que nadie le hizo la prueba del alcoholímetro. Ni le levantaron infracción. Solo se rieron de la “ocurrencia” que puso en peligro la vida también de su acompañante. Seguramente se sintió “Rápido y furioso”. Ojalá, es mera sugerencia, no se le ocurra tripular el helicóptero Uno. O el avión de siete mil millones de pesos, que aún no estrena. Ni modo. Qué más cosas veremos.
Esta ocurrencia nos permite compartir una historia de soberbia que habla por sí sola y es, obvio, muy sencilla:
Iba un hombre en su auto por una larga y solitaria carretera cuando de pronto su coche comenzó a detenerse hasta quedar estático. El hombre bajó, lo revisó, trató de averiguar qué era lo que tenía. Pensaba que pronto podría encontrar el desperfecto pues hacía muchos años que lo conducía; sin embargo, después de largo rato se dio cuenta de que no encontraba la falla del motor. En ese momento apareció otro vehículo, del cual bajó un señor a ofrecerle ayuda.
El dueño del primer auto dijo: Mire, éste es mi auto de toda la vida, lo conozco como la palma de mi mano. No creo que usted sin ser el dueño pueda o sepa hacer algo.
El otro insistió con una cierta sonrisa, hasta que finalmente le dijo: Está bien, haga el intento, pero no creo que pueda, pues éste es mi auto.
El segundo echó manos a la obra y en pocos minutos encontró el daño que tenía el auto y lo pudo arrancar.
El primero quedó atónito y preguntó:
— ¿Cómo pudo arreglar el fallo si es mi auto?
El segundo contestó:
— Verá, mi nombre es Félix Wankel... Yo inventé el motor rotativo que usa su auto. Lo conozco como la palma de mi mano, aun cuando no sea mío. Pero, advirtió, no lo corro más de lo debido.
Grata lección. Cuántas veces, por soberbia decimos: Esta es MI vida; Este es MI destino; Esta es MI casa...Este es mi país… ¡Déjenme a mí, sólo yo puedo resolver el problema!
Al enfrentarnos a los problemas y a los días difíciles creemos que nadie nos podrá ayudar pues "Esta es MI vida".
Para demostrar nuestra equivocación por la soberbia nos hicieron unas preguntas: ¿Quién hizo la vida? ¿Quién hizo el tiempo? ¿Quién creó la familia? Y nos recordaron que solo aquel que es el autor de la vida y el amor, puede ayudarte cuando te quedes tirado en la carretera de la vida.
Ojalá que quien corre desaforado lo comprenda y regrese arrepentido a realizar bien su tarea. Así de simple
craveloygalindo@gmail.com
Qué es el éxito
16 de abril de 2015
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
En trece puntos lo explicamos. O al menos lo intentaremos. Hagamos la lucha:
A los 3 años... NO ORINARSE
A los 6 años... RECORDAR LO QUE HICISTE EN EL DÍA
A los 12 años... TENER MUCHOS AMIGOS
A los 18 años... TENER LICENCIA DE CONDUCIR
A los 20 años... TENER RELACIONES SEXUALES
A los 35 años... TENER MUCHO DINERO
A los 50 años... TENER MUCHÍIIISIMO DINERO
A los 65 años... TENER RELACIONES SEXUALES
A los 70 años... TENER LICENCIA DE CONDUCIR
A los 75 años... TENER MUCHOS AMIGOS
A los 80 años... RECORDAR LO QUE HICISTE EN EL DÍA
A los 85 años... NO ORINARSE
Y después si despiertas y no te duele nada. Da gracias al Señor, porque ya te moriste. Y no te diste cuenta.
Entre paréntesis debo confesar que evoluciono de una parálisis facial periférica. Sobre el daño consulté a tres expertos: al cardiólogo, Don Pedro Iturralde. A mi nieto Jorge Alberto Ravelo Barba, médico cirujano y a mi sobrino Mauricio Ravelo Izquierdo, doctor científico rehabilitador.
El primero me advirtió: el mal no es del corazón. Debe haber otra razón.
El segundo sugirió: Fue algo que te asustó y la boca te enchuecó.
Y el tercero en conclusión: Sueña con una belleza. Veamos si te la endereza.
No te rías. Nosotros sí. Nos duele todo. Ja, ja y ja.
craveloygalindo@gmail.com
El mismo sastre
14 de abril de 2015
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
A póco no: Cuando escuchamos tantos lamentos de arriba, de los jóvenes que llegan y se van. Renuncian o los corren. Sus quejas de que nadie los comprende o que tampoco les aplauden. De sus casas o sus viajes. De los alquileres. O de tantas otras gracias. No deben pensar mal. Deben aprender y recordar que todos, todos, usan el mismo sastre.
Nadie te ofende, tú te ofendes. Las personas se la pasan la mayor parte de su vida sintiéndose ofendidas por lo que “alguien” les hizo. ¡Nadie, nunca jamás te ha ofendido! Son tus expectativas de lo que esperabas de esas personas, las que te hieren. Y las expectativas tu las creas con tus pensamientos. No son reales. Son imaginarias. No pienses mal.
Un hábito requiere de todas sus partes para funcionar. Si pierde una, el hábito se desarma. El hábito de sentirte ofendido por lo que “te hacen otros” (en realidad nadie te hace nada) desaparecerá cuando conozcas mejor la fuente de las “ofensas”.
Cuando nacemos, somos auténticos. Pero nuestra verdadera naturaleza, es suprimida y sustituida artificialmente por conceptos que nuestros padres, la escuela, la sociedad y los medios nos enseñan.
Crean una novela falsa de cómo deberían ser las cosas en todos los aspectos de tu vida y como “deben” de actuar los demás. Una novela que no tiene nada que ver con la realidad. Las experiencias negativas dejan una huella más profunda en nosotros que las positivas.
Cuando una persona es “maltratada” (por no haber dicho o hecho, lo que se esperaba de ella), deja esa experiencia en su inventario negativo. Lo hace crecer. Año con año. Una de las mayores fuentes de ofensa, es la de tratar de imponer tu punto de vista a otra persona y guiar su vida. Cuando le dices lo que “debe hacer” y te dice “no”, creas resentimientos por partida doble. Primero, te sientes ofendido porque no hizo lo que querías. Segundo, la otra persona se ofende porque no la aceptaste como es. Es un círculo vicioso.
Todas las personas tienen el derecho divino de guiar su vida como les plazca. Aprenderán de sus errores por sí mismos. Déjalos ser. Recuerda que nadie te pertenece.”Ni la naturaleza, ni tus padres, ni tus hermanos, ni tus hijos, tus amigos o parejas te pertenecen.
Es como el fulgor de las aguas o el aire. No los puedes comprar. No los puedes separar. No son tuyos. Solo los puedes disfrutar como parte de la naturaleza. El cauce de un río no lo puedes atrapar. Solo puedes meter las manos, sentir el correr de las aguas entre ellas, y dejarlo seguir.
Si las personas son un río caudaloso. Cualquier intento de atraparlas te va a lastimar. Ámalas, disfrútalas y déjalas ir. Entonces te preguntarás: ¿Cómo puedo perdonar?
Entiende que nadie te ha ofendido. Son tus ideas acerca de “cómo deberían actuar las personas”. Deja a las personas ser. Deja que guíen su vida como mejor les plazca. Es su responsabilidad. Dales consejos, si los solicitan, pero permite que tomen sus decisiones. Es su derecho por nacimiento: el libre albedrío y la libertad. Nadie te pertenece. Ni tus padres, amigos y parejas. Todos formamos parte del engranaje de la naturaleza. Deja fluir las cosas sin resistirte a ellas. Ama y deja ser. Ábrete a la posibilidad de nuevas experiencias. No utilices tu inventario. Abre los ojos y observa el fluir de la vida como es. Cuando limpias tu visión de lentes obscuros y te los quitas, el resultado es la limpieza de visión.
La perfección no existe. Ni el padre, amigo, pareja o hermano perfecto. Es un concepto creado por la mente humana que en ningún nivel intelectual puedes comprender. Porque es un concepto imaginario. Solo a un nivel intelectual. En la realidad jamás.
Desintoxícate del veneno del rencor y reconcíliate con la vida. La vida real es más hermosa y excitante que cualquier idea que tienes del mundo. A la luz de nuestro corto período de vida, solo tenemos tiempo para vivir, disfrutar y ser felices.
Aprende con honestidad los errores que cometiste, prométete que no lo volverás a hacer y regresa a vivir la vida.
Deja al mundo ser. Y déjate ser a ti también.
craveloygalindo@gmail.com
El equilibrio
12 de abril de 2015
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
La Suprema Corte de Justicia de la Nación es el equilibrio de Poderes. Son once individuos, togados, quienes aplican todos sus conocimientos para que el Ejecutivo y el Legislativo, en sus acciones, no rebasen, por ningún motivo, nuestra Carta Magna.
Continuamente se recrimina al llamado tercer Poder, por corregir errores que originan la libertad o encarcelamiento de personas. Caso el de los once policías acusados por el ejecutivo ---la procuraduría-- de ser “responsables” del siniestro de un centro nocturno en 2008. Los padres de las víctimas lamentan la resolución. Y sugieren una explicación de la Sala que emitió el fallo. Se olvidan que en éste se especifica y que los abogados saben que es correcto.
Indigna por supuesto que se dude de la independencia del total de los integrantes de la Corte, por la presencia de uno de ellos, el que acaba de llegar. Se utiliza como un camino fácil de argumentar para herir o crear desconcierto. Se olvidan, intencionalmente, que ese uno, no es más que eso: uno.
Los abogados, como todo mexicano capacitado, saben que nuestra máxima institución de justicia, no es agencia del ministerio público, ni mucho menos quien justifica o culpa. Mucho menos que presente acusación. Determina, eso sí, que los mandatos del ejecutivo federal, con base en las leyes que aprueba el Congreso de la Unión, no incurran , de manera alguna, irregularidad en los procedimientos seguidos.
Eso es lo que hacen los togados, en sus dos salas o en el pleno. Son, para quien no lo sabe, cinco ministros en cada. Y las resoluciones se toman por unanimidad o mayoría. Igual sucede con la Corte, en donde los diez de las dos salas y el ministro presidente, en este caso don Luis María Aguilar Morales, de muy vasta experiencia jurídica, reúnen el quórum. También aquí por unanimidad o mayoría de un voto se aprueba la sentencia.
Causa risa a la mayoría, las demandas de quien obtiene fallos adversos y pide explicación a los ministros. Ellos ya la dieron y representa su independencia a lo escrito. No obstante, con el debido respeto, muchos de ellos gustan no solo de hablar sino también publicar puntos de vista personales. Recordar que el silencio es mejor que infundir ruimores.
craveloygalindo@gmail.com
Qué importa eso
10 de abril de 2015
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Renunció a su cargo el encargado del agua del país. Confesó haber utilizado una nave sin permiso oficial. Fue un ardid del gobierno para deshacerse de alguien inútil. Una distracción para tanto error de juventud. O qué. Todos sabemos quién ha sido este ex funcionario desde su alcaldía en el Estad de México, pero, la verdad, ¿Se pierde a un técnico, y tres de años de trabajo hidráulico?, o simplemente se le tendió una trampa para decirle hasta pronto. Porque si se trata de castigar a quienes utilizan las naves del país, pues hay otros que hasta a su familia llevan más lejos. Y ni les llaman la atención ¿o, no?
Pero qué importa eso. Vayamos a mejores asuntos. Como el siguiente relacionado con la juventud y su antónimo:
Mañana, claro, es la única utopía. Diría con sapiencia José Saramago, al confesar que “frecuentemente me preguntan que cuántos años tengo... ¡Qué importa eso!
Tengo la edad que quiero y siento. La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso. Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso, o lo desconocido.
Tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos.
¡Qué importa cuántos años tengo! No quiero pensar en ello.
Unos dicen que ya soy viejo y otros que estoy en el apogeo. Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte. Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos, rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir: Eres muy joven, no lo lograrás.
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos, y las ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada con ansia de consumirse en el fuego de una pasión deseada. Y otras en un remanso de paz, como el atardecer en la playa.
¿Qué cuántos años tengo? No necesito con un número marcar, pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones rotas... valen mucho más que eso. ¡Qué importa si cumplo veinte, cuarenta, o sesenta! Lo que importa es la edad que siento. Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos. Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.
¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quién le importa!
Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento.
José Saramago, premio Nobel de Literatura en 1998
craveloygalindo@gmail.com
Que no se les olvide
05 de abril de 2015
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Sí, que no se les olvide a los casi diez y seis mil iluminados que pretenden, a partir del domingo 5, alcanzar un cargo de elección popular, en junio 7 próximo.
Sí, que no se les olvide, como al que ganó la medalla de oro en dos mil doce, cumplirle al pueblo de México, a quien se debe.
Sí, que no se les olvide que el ofrecer no empobrece. Sino el dar es lo que aniquila. Como sucede a los jóvenes en Los Pinos, hoy.
Sí, que no se les olvide la honestidad a los diez partidos políticos que compiten por 500 diputaciones federales, nueve gubernaturas, mil nueve presidencias municipales y 641 diputaciones locales. Ni la decencia.
Sí, que no se les olvide, si ganan y si no también, lo que no se ha cumplido en los últimos tres sexenios y en lo que va del presente y que dejó muy claro el 6 de marzo de l994 Luis Donaldo Colosio al decir: “Hoy, ante el priismo, ante los mexicanos, expreso mi compromiso de reformar el poder para democratizarlo y acabar con cualquier vestigio de autoritarismo.
“Sabemos que el origen de muchos de nuestros males se encuentran en la excesiva concentración del poder que da lugar a decisiones equivocadas, al monopolio de las iniciativas, a los abusos y a los excesos
“Reformar el poder significa un presidencialismo sujeto –estrictamente—a los limites constitucionales de su origen republicano y democrático”
Nosotros tampoco olvidamos lo que, en aquella fecha agregó el que reemplazaría en la presidencia a Carlos Salinas de Gortari, quien, ante el sacrificio de Colosio en Tijuana, BC, entregó el mando a Ernesto Zedillo Ponce de León. Ambos, vivos aún, de infausta memoria.
Nos impactó también a todos. Y sentimos que es momento de repetirlo a hombres y mujeres, que buscan, eso creemos, servir a México y a los ciento veinte millones que poblamos su República:
“Veo un México con hambre y sed de justicia…un México agraviado…Veo hombres y mujeres afligidos por abusos de las autoridades… veo la arrogancia de las oficinas de gobierno… veo a ciudadanos por la falta de seguridad”.
Este discurso le costó la vida. Y hoy, quienes fueron responsables, lo loan. Y se burlan todavía de quienes creímos en ellos.